Las pantallas LCD de uso exterior pueden soportar rangos de temperatura al aire libre de 24°F a 122°F y tiene un sistema de regulación de temperatura interna que protege todos los componentes del mismo, ya sea que esté encendido o apagado. El sistema de regulación de temperatura incluye también un termostato y una serie de ventiladores para mantener la temperatura interna de la pantalla.

Los controles de temperatura exterior también reducen el riesgo de la formación de condensación dentro de los componentes eléctricos internos que se forman durante el proceso de enfriamiento después del uso del aparato. Al impedir esta condensación interna, las pantallas son resistentes a la oxidación y la corrosión, factores que contribuyen a la disminución  de la vida útil de los componentes.

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